Nuestros Vinos
Nuestros Vinos
Aunque antiguamente la sociedad comercial “Colóm y Compañía” poseía varias viñas, en la actualidad Bodegas “La Cigarrera” no dispone de viñedos en propiedad, por lo que se abastece de mostos de excelente calidad que se seleccionan entre Cooperativas y viñistas locales inscritos en la propia Denominación de Origen “Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda”.
La producción de la Bodega se dedica, en su mayor parte, a la crianza de su Manzanilla “La Cigarrera”, aunque también envejece vinos generosos como el Amontillado y el Oloroso y vinos dulces naturales como el Pedro Xímenez y el Moscatel, bajo el amparo de las Denominaciones de Origen “Manzanilla de Sanlúcar de Barrameda” y “Jerez Xeres-Sherry”.
Proceso de elaboración de los vinos.
El sistema de crianza de los vinos del marco de Jerez es exclusivo del mismo, siendo conocido por el sistema de “Criaderas y Soleras”. Dicho sistema consiste en ir mezclando vinos de diferentes cosechas, disponiendo las vasijas que almacena los vinos en andanas o filas de Botas a diferentes altura y colocándose unas sobre otras, normalmente en tres filas, pudiendo ser más, por lo que las botas de la primera andana o más cercana al suelo se le llama soleras y las colocadas a un nivel superior se les llama criaderas (primera, segunda, etc.).
La Botas, cuya capacidad suele ser de 511 litros aproximadamente, no se llenan más de dos tercios, por lo que siempre hay un tercio de vacío. El sistema consiste en extraer un tercio de la solera para su venta, tercio que es inmediatamente respuesto, a su vez, mediante la extracción de un tercio de la criadera que le precede (primera criadera), y así sucesivamente (segunda, tercera criadera, etc) , siendo repuesta la Bodega por la última criadera con los mostos del año. El tercio que nunca se extrae, es el que llamamos “tercio de madre”, pues representa la mezcla de todas las cosechas que han pasado por la bodega durante los años de vida de la misma.
La Manzanilla es un vino exclusivo de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, ya que debido a su especial climatología y a la influencia de otros importantes factores como los vientos de poniente, la influencia de los humedales de las marismas, etc…, sólo es posible su crianza en ésta ciudad y no en otra. Según los expertos, las bodegas situadas en el zona baja de la ciudad (barrio bajo), y por tanto más cercanas a la desembocadura y al océano atlántico, crían mejores Manzanillas, quizás por la influencia más intensa de la humedad.
En Sanlúcar y para la crianza de la Manzanilla, el sistema de crianza difiere un poco del estricto sistema de Criaderas y Soleras, pues aquí, aunque también mezclamos los vinos procedentes de diferentes cosechas, lo hacemos mediante un proceso más largo y dinámico. En vez de hablar de criaderas hablamos de clases, siendo éstas mas numerosas, y en definitiva son escalas dentro del sistema de envejecimiento de la Manzanilla por donde van pasando los vinos durante sucesivos trasiegos, hasta que llega a la última clase, en éste caso, Solera, de donde se extrae el vino ya criado para su venta.
En nuestras Bodegas existen 7 Clases o criaderas y una sóla Solera, por donde suele pasar la Manzanilla “La Cigarrera” durante un recorrido que dura aproximadamente de 4 a 5 años, dependiendo de las ventas.
Para la crianza de la Manzanilla partimos de mostos totalmente fermentados de la cosecha del año, cuya graduación alcohólica viene a estar sobre los 11 y 12 grados naturales, dependiendo de la climatología de la cosecha.
Los mostos entran en nuestras Bodegas a partir del mes de Enero, cuando ya están totalmente fermentados y desliados. A continuación, son encabezados, mediante la adición de alcohol vínico hasta los 15 grados, obteniéndose lo que llamamos sobretablas, siendo distribuidos finalmente en unas vasijas donde permanecen aproximadamente de 9 a 12 meses, continuando después por las diferentes escalas de crianza o clases, mezclándose con los vinos de otras cosechas de años anteriores.
Los demás vinos, siguen el sistema de crianza de Criaderas y Soleras.